
Lo dicho, uno no sabía que la bestia adelgazante aguardaba en un rincón recondito del subconsciente y tal cual se disponía a pasar unos dias en equilibrio cósmico con uno mismo. Cuando, nada más llegar (y tras un repaso arribabajo del interlocutor) la frase estrella te jode el karma de todo el verano:
- “Estás un poco más gordo, ¿no?”
Madre, padre, hermano, amigos…hasta… UNA VECINA… joder, que poquito tarto de verdad. Tras haber escuchado ya en repetidas ocasiones esa descripción poco agraciada de mis cuerpo (otrora como el David de Miguel Angel) automáticamente el pensamiento que me vino a la cabeza fue… "Yo por lo menos no tengo un niño que parece autista y otro que es un delincuente juvenil". Además, para rematar van y te dicen "pero así estás muy bien". Hay que joderse.
Claro que de tanta tralla que meten, la cosa como que empieza a calar en, hasta entonces, una autoestima a prueba de bombas.
De ahí que, después de recoger bastantes sugerencias quitagrasas (mil gracias) he decidido retomar mi… TACHÁN… “Cena Cero” (uséase, CC version 0.2). En esta ocasión, voy a intentar comer más veces al día y menor cantidad durante la semana con algo de frutita o prácticamente nada por la noche y dedicar los placeres gastronómicos para el fin de semana.
Bueno, también tengo dos bicicletas que me encontré tiradas y a lo mejor me sirven.