No puede ser de otra manera. Tengo que ser un andaluz adoptado o algo así. En mis expresiones coloquiales no se suele incluir "mushasho", "quillo" o "mi arma". Pero, y es lo peor, cuando intento utilizarlas para valerme de mis raíces y ser más sociable solo me trae sinsabores. Sí, sí... Por ejemplo, tengo un compañero de Huelva que es el alma de todas las fiestas. Simpático, dicharachero y que les dice a las mujeres "guapa", "cosa linda", etecé y no queda como un baboso buitre sino todo lo contrario. Yo, será por mi timidez, cada vez que le digo a una susodicha (para hacerme el simpático) "bla, bla, bla... guapa.... bla, bla,bla" me salen con eso de: "tio de que vas" "a mi no me digas eso"... o me miran con cara rara. Así las cosas, creo que lo único geneticamente andaluz que me sale es que me gusta el gazpacho.
El fin de semana pasado fuí a una fiesta de empresa (de confraternización, la llamaron) y, bueno, no supe aprovecharme de las supuestas ventajas erotico-festivas de los andaluces. El de las marismas, ese sí que las aprovechó. Como Pedro por su casa jijí jajá conociendo a todo el mundo iba el tio. Yo, como mucho fuí capaz de indicar la dirección del baño a alguien. Dirán que eso de los andaluces majos es un tópico pero a mí me gusta ese cliché. Es evidente que no puede ser cierto. Yo soy la prueba viviente.
Tampoco quiero que piensen que quería utilizar esas cualidades para la caza. Todo lo contrario. Lo único que quería era bucar un poco de complicidad con los compis del curre. En fin. En las tierras altas, en el "norte" como yo llamo a todo lo que hay por encima de Despeñaperros se descojonan con tu acento cuando hablas en serio y no les hace ni puta gracia cuando estás de broma.
Cosas de la vida. Lo mismo hay algún máster en relaciones públicas andaluzas.
