02 marzo 2006

Prostitutas del glamour

¿Qué cantidad de carne puede tener un metro ochenta embutido en una talla 34? Hace tiempo que intentan vendernos la extrema delgadez como belleza. Como cuando en su momento se vendió que para ser el 'cool' del grupo tenías que fumar. Ahora los cigarrillos matan (entonces también) y los fumadores son algo así como unos apestados.

Hace unas semanas se celebró la Pasarela Cibeles, (esa cutre-copia de las de verdad, las de París o Milán, un fenómeno que se repite en el caso de los Goya y los Oscars). En ese desfile glamouroso 2006 saltó el escándalo. Mujeres con cuerpos de niñas y con ojos idos en sus caras de enferma. ¿Qué tienen de novedoso los maniquís anoréxicos? Desgraciadamente nada. Ya hace años que los diseñadores buscan una imagen andrógina en sus nínfulas. Quieren desposeerlas de unos atributos que muchos de ellos desearían para sí o bien lograr una moda asexuada válida para gustos ambiguos.

Muchos claman al cielo pidiendo soluciones y disparan a ciegas buscando culpables. Los responsables están ahí. Bastaría una palabra de un créateur y garabatos más anchos en sus cuadernos de diseños. Ya me escamó cuando Karl Lagerfeld, el muso de Chanel, pasó de ser un simpático (bastante) fofo a un escuálido repelentón tras unas gafas de sol.

Siempre me fijo en los pases de lencería. Primero porque soy un baboso y segundo porque para eso escogen a mujeres con tallas por encima de la 40. Para eso sí. Echo de menos la época de las Claudia Schiffer, Elle Mcperson o Naomi Campbell que, al menos, tenían sus curvas.

En Cibeles, las canijas se han quedado también con la lencería. Estamos en la era Kate Moss, paradigma de la modelo al gusto del proxeneta de la moda. Huesos que mitigan el hambre (cuando no las depresiones) con cocaína o cosas peores. Kate nunca pensó que saldría en una portada dando clases de cómo esnifar. Varias empresas cancelaron sus contratos de promoción con ella. Falsa Moral. Nuestra amiga Kate, de 32 años, ganará este año 15 millones de dólares en contratos publicitarios, más del doble que el año pasado. Buen ejemplo para esas pizpiretas aspirantes a Miss España.

Mierda de vida

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de lo que cuentas es nuevo,¿pero quien se pone esos trajes talla 34 en la vida normal?Soy para los diseñadores una gorda de 1,70 y 60 kilos,¿donde puedo meter mis pechos de 95 en ese pequeño trozo de tela?Aunque este tambien el paradigma de la posesion de pechos siliconados 1,50 y 95 de pecho,diosss a donde vamos a llegar .¿Que sera lo proximo? lo se lo lei hace poco,la nueva moda que llega desde por supuesto USA,PREPARADO?no te gustan tu vagina,tus labios ni tu clitoris ahora puedes cambiarlo,repito diossssssssssssss¡

Nyadorlep dijo...

Cambio de clitoris, vaya... Yo a algunos o algunas lo que le hacía es un cambio de cerebro. Claro que pensando en operaciones estéticas, yo ya estoy echando una barriguita que...