
Estoy fofo. No fofo fofo, pero algo sí. Yo que siempre fui un palilllo ahora parece que estoy embarazado de mes y medio. Barriga cervecera la llaman. Claro, que yo muy de cervezas no soy. Es genético. Los hombres de mi famillia no engordan de forma ordenada (unos kilitos por allí, unos kilitos por allá) no. Todos acumulamos lípidos en la panza, de suerte que de lado uno parece un cruasán.
No es algo de lo que me haya dado cuenta de sopetón. Un servidor es despitao pero no tanto. Lo que ocurre es que alguna neurona en mi cabeza ha patinao y he decidido poner manos a la obra. Bueno eso y que los pantalones (esos grises que te pusiste en el cumpleaños de Pepito y que te sirven pa cuando no sabes que ponerte) como os podéis imaginar estan un poco (bastante) apretaditos y o me los pongo por las rodillas o me corto la circulacion al sentarme. Es por eso que he decidido inaugurar mi propio método de dieta.
Como soy mu práctico, siempre he pensao que para adelgazar hay que pasar hambre. Es decir, nada de pastillitas y menus raros. También hay que hacer deporte, pero no tengo ni tiempo ni muchas ganas, la verdad. A lo que iba. La he llamado Cena cero un nombre mu americano tipo Zona Cero o Libertad Duradera. Hasta podría tener un logo así como C-C o algo. Así, de primeras, ya la imprimo de caracter. Lo segundo ha sido dotarla de contenido. Para los que no seais muy despiertos, consiste precisamente en no cenar nada o comer cosas como frutita o galletitas sin grasa. De este modo sólo hago un desayuno fuerte y un almuerzo normal. Café a media tarde y a la camita. Por la noche hay que matar el hambre a tortas. "Para presumir hay que sufrir", ¿no?
Si funciona, lo mismo la patento pero no tengo muchas esperanzas.